Cada palabra que digo es una menos que jamas podré decir. Poder pertenecer a los pensamientos en el mundo es mas difícil de lo que pensaba. Poder sentirse augusto entre dudas. Quisiera ser sincera. Jamas me han preguntado que es lo que quiero, creyendo ya saberlo. Algún día espero que me pidan perdón por haberme marginado como una persona entendible, cuando la razón de mi visita era todo lo contrario. Tantas veces intente decirselo a alguien. Algunas mañanas esto era un mentira que yo inventaba, para que todo lo otro que andaba mal en mi vida pareciera insignificante ante esto. Otras mañanas despertaba; mientras corría entre mis miedos a ensuciarme las manos con la cena de la noche anterior.
Estoy ahí, en ese momento
ese momento probablemente no ha sucedido
o talvez si, hace tiempo ya.
Pero ahora es que estoy yo aquí.
Estaba mirando hacia el lado izquierdo de una cama que hace meses era mi mundo.
Elegí ese lado para pensar, porque era solo una pared.
De frente se encontraba un televisor donde todos los días yo me enteraba del mundo fuera de estas cuatro paredes. De el lado derecho se encontraba un ventana creo que mas grande que mi vieja habitación en casa de mama. Pero para que mirar allá afuera? ya se lo que me vendrá a la cabeza viendo el cielo y esos edificios. La pared en cambio... Oigo dos portazos en la puerta.
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