Wednesday, February 22, 2012

un pedazo

Ese día lo recuerdo con tanta exactitud que si cierro los ojos cualquier mañana fría todavía puedo escuchar el llanto a mis alrededores. Esa impotencia casi palpable y esa nostalgia de no identificarme con el dolor pero sí con la euforia de dos extraños. Sin darme cuenta me volví el personaje de una historia. Tan fuera de lo común, que fue lo más normal y natural que pudo haber pasado. Nadie hubiera podido imaginarse las veces que la mañana del 8 de marzo me cruzó por la mente. ¿Acaso era yo la única que sabía como quería morir? ¿Y que me dices de vivir? todavía descifrando esa parte.

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